martes, 25 de agosto de 2009

Ed Gein




Ed Gein, el carnicero de Plainfield nació el 26 de agosto de 1906. Gein vivió solo desde la muerte de su madre en 1945, haciendo diversos trabajos para todo el pueblo, sobre todo en el aserradero. Anteriormente (y como suele suceder en estos casos) había sufrido malos tratos de su padre, que se emborrachaba y desencadenaba grandes peleas en la familia.
Pero el caso (criminológicamente hablando) comienza en 1954, cuando un granjero de Plainfield (Wisconsin) entró en la taberna de los Hogan, topándose con la gran sorpresa de que el suelo de madera estaba encharcado de algo que parecía ser sangre. Mary Hogan, la propietaria, había desaparecido.
Cuando el sheriff llegó al lugar, comenzaron los interrogantes. Para empezar, la caja registradora estaba llena, por lo que no se trataba de un robo. Además, no había señales de lucha como podrían indicar vasos rotos, o taburetes por el suelo. Cuando unos días más tarde, Ed Gein se acerca al aserradero, el propietario de este le comenta a Gein que habían raptado a Mary Hogan, y que estaba desaparecida, este respondió: ?No está desaparecida. La tengo en mi granja?.
La prensa de la época se hizo eco de los terribles hechos.
Sin embargo, no lo tomó en serio ya que Ed Gein era una persona excéntrica que solía contestar a todo con ironías y salidas de tono. El sábado 16 de noviembre de 1957, cuando Bernice Worden se dispuso a abrir la ferretería del pueblo, de la que era propietaria, no sabía que su vida cambiaría radicalmente desde aquel día.
Ed Gein, el vecino del que nadie sospecharía, entró por la puerta y pidió un anticongelante. Bernice lo apuntó en el libro de contabilidad, se introdujo en el almacén para buscar dicho material, cuando salió solo fue consciente de una cosa. Ed Gein la apuntaba con su viejo rifle de caza. Y sin tener tiempo para gritar o pedir auxilio, la bala salió del cañón y quedó incrustada en la cabeza de Bernice Worden.
Ed Gein se metió en el mostrador, cargó con el cuerpo de la propietaria y lo metió rápidamente en su furgoneta, tratando de no ser vista por ningún testigo. Entonces se marchó del lugar? Pero su astucia de lobo quedó nublada por el error que cometió. En el libro de contabilidad quedaba constancia de que él había sido el último cliente. El auténtico terror comienza entonces para los dos oficiales de policía que realizan un registro en la casa del asesino, mientras otros dos se encargan de arrestarlo y llevárselo del lugar.
Parte del museo del terror con el que se toparon los dos oficiales de policía aquella tarde...
Cuando uno de los policías entra en la casa, queda marcado para siempre por lo que ve y siente en ese lugar.




Desde el primer momento un olor horrible acompaña a estos dos agentes. Además, una cantidad exagerada de moscas rompe el silencio de la casa. Cuando uno de los dos policías continúa avanzando, siente cómo algo choca contra su hombro. Y al darse la vuelta, al girar sobre sus pasos, se arrepentiría para siempre de haber entrado en el lugar ya que colgado de un gancho del techo por los pies, decapitado y abierto en canal yacía el cadáver de quien posteriormente sería reconocida como Bernice Worden, propietaria de la ferretería, y última víctima de Ed Gein.



























Cadáver de Bernice Worden.

















Auténticos cráneos yacían en la cocina, partidos por la mitad para ser utilizados como cuencos. Una de las sillas del lugar estaba forrada con piel humana. Pero las lámparas, los mangos de los cuchillos o incluso un chaleco eran también del mismo material? Piel humana. En la habitación de Gein se descubrió la cabeza de Bernice Worden, rodeada de máscaras hechas también con piel (esta vez de la cara), y con pelo auténtico.
La única habitación de la cara que no parecía ?decorada? dentro de aquel museo de los horrores, era la habitación de su madre, que según aseguró Gein posteriormente, quedó intacta tras su muerte debido a que pudo comunicarse con ella después de muerta durante un año.
Cementerio de Plainfield, de donde Gein extrajo nueve cadáveres.
En uno de los juicios de 1968, Gein solo reconoció dos asesinatos? El resto de material que había utilizado para su particular museo, procedía de cadáveres que él mismo había desenterrado del cementerio. Nueve cadáveres fueron utilizados para la decoración del lugar.
Ed Gein, tras uno de los juicios.
Aseguró además que aspiraba a realizarse (él mismo) un cambio de sexo, quería convertirse en mujer, fascinado por este tipo de operaciones. Finalmente, es internado en un psiquiátrico, como trastornado mental debido probablemente a las fuertes palizas y a la educación de su madre. Confesó además que aspiraba a abrir su casa como museo de los horrores.
Fallece el 28 de julio de 1984 por una insuficiencia respiratoria, y como paciente modelo. Sus restos descansan en el cementerio de Plainfield, al lado de los restos de su madre.

viernes, 14 de agosto de 2009

Gumaro de dios (El canibal del caribe)


Juan Gumaro de dios Arias “El caníbal del caribe”

Cuando fue detenido mantuvo su pulso sin alteración: 85. Los sicólogos que lo valoran suponen que tenía ese mismo número de latidos cuando se tragó a su amante.
“Yo pensé que si me lo comía —dice Gumaro con esa mirada que zumba— iba a comerme su poder”.
— ¿Cuál?
—Él sabía pegar muy bien el tabique, utilizaba bien chingón la cuchara, y yo quería ser un albañil de poca madre.

* * *

Gumaro nació el 7 de abril de 1978, el día de San Juan Bautista. Hubiese preferido llamarse Bagdel —un nombre que hace poco arrancó de entre sus alucinaciones—, pero el abuelo materno impuso su dinastía en el primer nieto.
A los seis o siete años de edad —a Gumaro se le dificulta recordarlo—, un fortachón primo suyo lo violó. Desde entonces, supone, le atrajo la bisexualidad. Jugaba a las muñecas, pero también se creía pistolero. “Soy un chico malo, soy una mala mujer”, se definió Gumaro cuando me saludó.
El joven, perezoso para la siembra y más bien poco inteligente, fue enviado al ejército a los 14 años en un intento paterno por endurecer a un muchacho que, o se la pasaba drogado o besaba tanto a mujeres como varones de la ranchería Azucena, en Cárdenas, Tabasco. A sus padres, Candelario de Dios y Ana Arias, les sacaba de quicio que el hijo mayor de los 11 que parieron fuera “el mismísimo diablo”.

Un día se peleó con un subteniente y lo enviaron a un apando, arrestado. “Cuando salí, quise vengarme y entonces me lo topé”, cuenta Gumaro. El resto demuestra su alma dura y lo que aprendió cuando mataba cerdos con su padre: lo apuñaló quirúrgicamente en el tórax y en las piernas. “Quién sabe si se murió, yo salí huyendo del ejército”.
Para cuando regresó a la ranchería Azucena, Gumaro ya era un consumidor constante de mariguana, su nariz era un tubo aspirador de los cristales de la cocaína, sus venas ya sabían lo que eran los estallidos de la heroína y su boca ya tenía la costumbre de inhalar solventes. En resumidas cuentas: era un zombi.

Uno de esos días abusó sexualmente de su sobrino, quien apenas aprendía a caminar. Aunque el niño enfermó, la familia no supo nada del ultraje hasta una noche en que Gumaro llegó a la casa de madera, embriagado, con la playera hecha jirones.
— ¿Qué te pasó? —le preguntaron.
—Me acabo de coger a una monja, y pues se puso agresiva.
“Luego les conté lo del sobrino”, murmura Gumaro, encogido en hombros, como si quisiese ocultar aún aquel disparate. “¿Y qué crees que pasó? Me insultaron, me corrieron los cabrones”.
Con esas costumbres, tarde o temprano Gumaro iba a caer preso. Y así fue:
En 2000 fue llevado al penal de Cárdenas. Gumaro creyó que había sido arrestado por violación, pero luego supo que el año, seis meses y nueve días a los que fue sentenciado eran sólo por el robo de una grabadora y cinco camisas de lino.
Una vez que abandonó la cárcel, y para evitarse problemas con su familia —la que nunca lo denunció, pero tampoco lo visitó en la prisión— Gumaro pensó que ya no era suficiente jugar al diablo en Cárdenas. Así que se marchó y llegó a Chetumal.
—Creo que de nadien es la culpa que esté medio loco —dice Gumaro, rascándose con desesperación el lóbulo de la oreja derecha.
De nadie. Por lo que escuché de él, ni del destino, ni de la suerte, ni de la pinche vida. De nadien.

* * *

La primera vez que Gumaro asesinó a una persona fue hace un año. Hoy lo recuerda, indolente:
—El tipo me jugó bronca. Traía un machete y me retaba. Lo dejé que se cansara de gritar. Luego, cuando se apendejó, le quité el machete y madres, que lo empiezo a cortar como pescadito. Vi cómo se desangró. Ahí lo dejé y me largué. Ese día en la noche se me apareció su espíritu. Yo le dije a mi Dios Jehová que me ayudara a ya no oír. Pero todavía lo escucho.
Aquello sucedió a principios de 2004. Fue en Mahajual, una zona maya cara al mar que está a unos 150 kilómetros de Chetumal. De ahí, Gumaro se trasladó a El Petén, un pueblo entre México y Belice, donde vivió algún tiempo en una obra en construcción.

En ese lugar conoció a un viejo brujo maya, al que Gumaro le dice El Sabio, y a quien le hizo la promesa de asesinar a tres personas, una promesa de la que Gumaro hablará más adelante.
También en El Petén se encontró al joven que terminaría comiéndose. A ese sujeto Gumaro lo llama simplemente Guacho, porque era militar; un hombre, igual que él, a la deriva; un hombre al que algunos medios locales le asignaron una supuesta identidad: Raúl González El Compinche, de 19 años. Pero hasta la fecha las autoridades ignoran quién diablos era aquel destrozo humano, el cual había emigrado con Gumaro a una palapa cien metros adentro del kilómetro 216 de la carretera Chetumal-Playa del Carmen. Ahí se lo tragó.
Y de aquel tipo que le jugó bronca y macheteó, la policía apenas se está enterando.

* * *

Gumaro utilizó mil 273 palabras para confesar su canibalismo ante el Ministerio Público Gerardo Peña. Mil 273 palabras extraídas de un libro negro. Mil 273 palabras sin embozo alguno y todos los detalles.
“Le seguí pegando. Cuando estaba desmayado lo colgué. Estaba sangrando. Cuando despertó le pedí mis 500 pesos, otra vez, pero me dijo que se los había gastado en crack. Por eso le pegué con un bloc en la cabeza. Ahí me ganó la curiosidad de comérmelo”, declaró Gumaro.
El asesinato de El Guacho —entre las siete y las ocho de la noche del 10 de diciembre de 2004, determinaron los patólogos— tiene sus orígenes semanas atrás.
Por lo que cuenta Gumaro, algo le estaba oprimiendo el pecho, cuando una noche llegó El Sabio, aquel brujo maya desdentado. Según Gumaro, el viejo chaman —hmèen, se dice en maya— le dijo que ese dolor era la ansiedad atorada, y que para expulsarla debía de rezarle a la naturaleza, escucharla y aceptar lo que le pedía.
—Y yo oí que la naturaleza quería que matara a tres personas —divaga Gumaro—. Y como ya había matado a aquel cabrón a machetazos, pues no se me hizo difícil.
La versión de Gumaro cuenta que el chamán le dijo que iba a quedar liberado. Además de eso, le ofreció un bono especial: le daría mucho dinero, le atraería mujeres y hombres para su desenfreno, y lo llevaría a Cancún a los antros de moda para que se embriagara hasta desplomarse.
— ¿Y por qué le creíste al chaman? —le pregunté a este anti Dios maltrecho.
—Pues es lo que no entiendo. No sé si fue por codicia.
Los profesionales que han estudiado a estos monstruos de la vida real dicen que un asesino ansía lo que ve a diario. Y Gumaro, por sus declaraciones, anhelaba ser El Guacho, un tipo bisexual que algunas veces la hizo de latín lover con solteronas europeas.

* * *

Los agentes del Grupo Jabalí han visto muchas muertes. Pero observar lo que yacía ante sus pies, el cadáver de El Guacho, ha sido lo peor.
El agente Alejandro Díaz describió de la siguiente manera la escena cuando descubrieron a Gumaro, dormido, al lado del cuerpo, adentro de una palapa de techo de cartón y malla de alambre:
“En el piso yacía un pectoral hasta el abdomen, en estado de descomposición. Ya no tenía vísceras, presumiblemente fueron arrancadas por la espátula ensangrentada que estaba a un lado. Los pies estaban cortados hasta los tobillos. A los brazos se les había arrancado la piel y las manos tenían escoriaciones; seguro el muerto fue colgado o amarrado con fuerza. Sobre la parrilla había una olla de aluminio con algo que se parecía a unas costillas cocidas y a un corazón”.
Esos eran los despojos de El Guacho.
El Guacho, según Gumaro, había pertenecido al 31 Batallón de Infantería. Supuestamente abandonó al ejército por robarse un arma. En el brazo izquierdo se tatuó el nombre de una mujer, pero Gumaro le arrancó ese pedazo y ya ni siquiera recuerda lo que decía el grabado de tinta china.
Hacía meses que sostenían relaciones sexuales. Vivían en esa palapa abandonada, levantada al lado de un basurero. Sorteaban el día robando casas en Playa del Carmen o enamorando al turismo gay.
Aquel 10 de diciembre de 2004 tenían otro encuentro carnal aderezado con solventes, cuando Gumaro se acordó que El Guacho le debía 500 pesos. E, intempestivamente, tomó un cable y le descargó una sucesión de golpes.
Cuando lo colgó, El Guacho tuvo la certeza de que iba a morir.
Recuerdo bien lo que leí en las declaraciones ministeriales y lo que me contó Gumaro de aquel día:
El amasijo de carne que sobresalía del cuello y que no parecía una cabeza cuando Gumaro lo aplastó con un bloc de concreto. El estómago raspado por la espátula y Gumaro pensando: “¿Será un rico asado?”

El caníbal friendo unas tortillas con la grasa de las vísceras. Gumaro cortando una pierna al cadáver y poniéndola a coser con chile habanero, limón y cebolla. Gumaro mordisqueando tiras de carne cruda. Los huesos aserrados.
“Fue que se me ocurrió sacarle todo lo de adentro: el corazón, el bofe, las costillas. Estaba bien rico, sabía a borrego, por eso me comí el riñón. Sólo dejé los pellejos porque estaban correosos”, declaró Gumaro, riéndose de su proeza.
Las moscas tenían un festín sobre una costilla y por eso Gumaro no se la comió, le dio asco.
Entonces llegó la policía. Un joven apodado La Parca había pasado por aquella palapa. En lugar de aceptarle a Gumaro un pedazo de carne, corrió y corrió hasta toparse con una patrulla.
—Deseo manifestar que la verdad no me da miedo que me hayan arrestado por este muertito. Se lo pedía a mi Dios padre Jehová, ya debo muchas —finalizó Gumaro su declaración ministerial.

* * *

El mundo interior de Gumaro posee muchos sonidos.
En las noches dice que la oscuridad le hormiguea entre sus párpados, y que entre su sueño agitado escucha lloriqueos.
—Nada más oigo: “Chi, chi, chi...” Por eso quiero que me lleven a un siquiatra, eso es lo que quiere mi cabeza —gime en tono ronco.
Gumaro no para de decir que es un “sicópata puro”, aunque no sepa a ciencia cierta qué es un sicópata. Pero los que saben de esto, como Robert Reesler, ex jefe de la Unidad de Ciencias del Comportamiento Criminal del FBI, e inspirador de El silencio de los inocentes, creen que un hombre podría comer carne humana y aún así no padecer sicosis. “El individuo puede cometer actos muy repulsivos y pese a ello seguir siendo capaz de comprender las cosas, ver lo que lo rodea”, ha escrito Reesler.
Que Gumaro sea trasladado al siquiatra de Mérida —Quintana Roo no tiene hospital especializado— o se quede en esta cárcel dependerá de la evaluación final. Y hasta donde se sabe, los médicos suponen que Gumaro está en la frontera entre la realidad y la locura.

* * *

—Cuando tomo o me drogo se me mete la maldad —dice Gumaro, quien se ha sentado unos segundos, después de tirar algunos golpes al aire, creyéndose boxeador—. Por ejemplo, cuando ando briago me da por querer aventarme sobre un tráiler.
— ¿Y cuando estás drogado?
—Me empiezo a hinchar, es cuando se me mete un güero fornido, ese cabrón es el que me calienta contra los demás.
— ¿Y ese güero tiene nombre?
—No mames, estoy medio loco, pero tampoco platico con él. Nomás se me mete y ya. Entonces le rezo a mi Dios y me vuelvo un ángel poderoso.
—Ah, ¿sí?
—Sí, Dios quiere que no me muera. Yo digo que voy a vivir como 150 años más.
— ¿Y por qué lo crees?
—Pues es lo que no entiendo, son sólo mensajes que recibo.
En esas estamos cuando entra un custodio. Es tiempo de que Gumaro tome su antidepresivo. Si ocurre lo de todos los días, dentro de un par de horas estará perdidamente dormido, los cinco reclusos con los que comparte la celda 7 podrán entonces conversar entre ellos sin ser interrumpidos, y las custodias dejarán de escuchar los insultos que Gumaro les lanza.
— ¿Oye, o será que ya me voy a morir? —pregunta Gumaro.
— ¿Por qué?
—Es que siento como que me pasan un machete por los brazos. ¿Crees que me voy a morir?
—Seguro ocurrirá un día —quisiera decirle más pero entonces empieza a rezar quién sabe qué y a golpearse en el pecho. Después de unos segundos me dice:
— ¿Sabes que ya vino una hermana a visitarme?
—Sí. ¿Qué te dijo?
—Pues que qué me había pasado, por qué me había comido a ese güey.
— ¿Y qué le contestaste?
—Pues que nada, que así son las cosas de la vida.
—A propósito: le prometiste al chamán tres vidas, llevas dos. ¿Sigues buscando a la tercera?
—Ya la encontré —dice, levantándose otra vez para caminar en los seis metros cuadrados de los locutorios—. Es un cabrón que se siente bien chingón aquí. Nomás lo veo y me hierve la sangre, compa. Ya con ese me voy a tranquilizar y esperar que El Sabio me dé lo que me prometió, aunque la verdad —dice acercándose a mi rostro—, no sé cómo voy a encontrar al Sabio, ni su nombre me dijo.
Luego le diría al director del penal que Gumaro trae en la mira a un reo.
— ¿Y qué señas te dio del preso? —me preguntaría don René.
—Pues nada más que se siente bien chingón.
—Uy, va a estar difícil: aquí todos se sienten bien chingones.

* * *

He conocido a muchos homicidas, pero creo que nadie tan perverso como Gumaro.
—Bueno, ya me voy, es que ando medio inquieto, no me hallo en esta jaula —dice Gumaro, aspirando otro cigarrillo y girando el cuello para que le truenen las vértebras cervicales—. Pero no me preguntaste lo más importante: ¿qué siento al matar? ¡Ah!, pues nada, no se siente nada, es como matar a un pollo.
Gumaro pide entonces que le abran la puerta. Lo veo irse, como gozando cada pedazo de vida que se le está cayendo. Yo, en cambio, salgo sintiéndome vacío, como si acabase de donar sangre.
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Analizen en que parte se desplego su personalidad.
En que momento se desato su Esquizofrenía.
Gumaro ¿ es ejemplo del esquizoidismo indigena?...falta de contacto con la madre en su formación intra psiquica?
perfilen su nivel de indice de maldad (motivaciones, fantasias etc..)
Foro....lunes 7.45pm....veremos el video de la entrevista y analizaremos la necropsia de la victima. Traten de perfilar el indice de maldad
Un saludo Mtro. Raul Arturo Cordova Fharell Marquez

domingo, 9 de agosto de 2009

Historia de un Canibal















ISSEI SAGAWA - CONFESIONES DE UN CANIBAL








Este japonés de baja estatura, media 1,50 mts. Sus manos y pies pequeños, incluso su voz era de mujer. Había mencionado en algunas entrevistas que era el tipo de hombre que la mayoría de mujeres no encontraría atractivo. Conocedor de su falta de atractivo físico y de su extrema timidez, estaba obsesionado con tener a su lado "la mujer perfecta". En el libro "Asesinos Caníbales" de Moira Martingale, describen a Issei Sagawa como un estudiante japonés inteligente, obsesionado con las mujeres altas de rasgos occidentales. Su fantasía se hizo realidad mientras estudiaba Literatura Inglesa en la Universidad de Wako en Tokio, ahí se relaciono con una mujer alemana que daba clases de idiomas. "Cuando me encontré a esta mujer en la calle," dijo después al reportero británico Peter McGill, "me pregunté si podría comerla". Un día de verano, se metió través de la ventana a su apartamento e intento en matarla. Para su deleite, ella estaba dormida y tenia ropa pequeña que cubría algo de su cuerpo. Busco algo para apuñalarla o golpearla y descubrió un paraguas. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo, la mujer despierta y lo descubre, grita desesperada provocando la huida del intruso. Issei no olvida esta experiencia, había sido muy fácil estar cerca de una mujer atractiva y si era mas cuidadoso con el ataque, podría hacer realidad su fantasía. Empezó a investigar y vigilar a sus potenciales víctimas para planear sus ataques y no pudieran escapar. Su fantasía se vuelve hacer realidad cuando viaja a París y encuentra a la mujer que nunca pudo sacar de su mente. Su piel blanca, la forma carnosa de sus nalgas y sus bonitos senos le habían provocado perdida de la razón. Empezó a conquistarla. Sagawa creía que el amor que sentía por las mujeres que le gustaban lo podía demostrar comiéndoselas.

EL RITUAL


Mientras estudiaba en el Censier Institute de Paris en 1981, Sagawa conoce a una mujer alemana, alta, rubia y bonita llamada Renee Hartevelt. Declaró luego que cuando se sentó a su lado en clase, se enamoro inmediatamente y no podía dejar de pensar en la piel blanca de sus brazos. Era la mujer perfecta para lo que tenia en mente, pero tenia que ser cuidadoso y preparar mejor su plan. Renee tenía 25 años, hablaba tres idiomas y con futuro prominente, su objetivo era un Ph.D. en literatura francesa. Sagawa le pidió que lo enseñara alemán, su padre multimillonario y podría pagarle cualquier sueldo. Ella aceptó. Le gustó su inteligencia, su conocimiento de pintura y literatura europea, le escribió cartas de amor, la invitó a conciertos y exposiciones de arte. Sagawa pequeño, con rasgos femeninos y además cojeaba. Renee salía a menudo con él y con frecuencia lo invitaba a su apartamento a tomar el té. Sus continua salidas a bailes, le dio a Sagawa un sentido mas real a sus macabras fantasías.
Renee tenía 25 años, hablaba tres idiomas y un futuro prometedor.
Cierto día invito a Renee a cenar a su apartamento, le pidió que le leyera un poema de un escritor alemán, después de que ella salió, Sagawa olió y lamió el lugar donde ella se había sentado y juro que se la comería, esto le permitiría poseerla para siempre. A los pocos días la volvío invitar a cenar, con su equipo de reproducción grabo la lectura de su poema preferido con la voz de Renee, el 11 de julio de 1981 se preparó para hacer realidad su última fantasía. Al llegar a París, había comprado un rifle calibre .22 para su protección, hizo sentar en el suelo a Renee al estilo japonés para beber el té, en la bebida mezclo un poco de whisky para volverla más accesible, hablaron durante varias horas esperando que el licor en el té hiciera su efecto. Sagawa declaro su a amor a la bella alemana y trata de llevarla a la cama. Lo rechaza y le explica que solo quería ser su amiga.
Al llegar la policia encontro el cadaver en este estado (he quitado calidad a la foto y la he reducido pues es bastante desagradable).


Sagawa se le levanta desconcertado y mientras Renee se sienta en una silla trae un libro de poemas para que lo leyera y el caníbal japonés empieza a ejecutar su macabro plan, graba las ultimas palabras y luego le dispara con su rifle en la parte en el cuello, cae de la silla y le continua hablando pero ella no le responde. Se asusta al ver la gran cantidad de sangre que fluye de la herida, al principio intenta limpiar pero se rinde finalmente. Con gran esfuerzo desviste el cadáver y se pone contento por que ella ya no se negaría a su amor, ahora le pertenecía a él. Con un cuchillo le corta el pezón izquierdo y un pedazo de nariz para comerlos. “Yo corte su cadera”, escribió luego en su cuento titulado, “En la Niebla“ y se pregunto donde debería morder primero, selecciono las nalgas pero las encontró difícil de morder. Describe paso a paso su ritual, la apariencia de grasas, músculos y su sabor. Cuando la grasa sale por los cortes hechos con el cuchillo, la describió de consistencia y apariencia del maíz amarillo, la olió y encontró que no tenía ningún olor. Siguió cortando para encontrar la carne mas profunda, puso dos filetes en su boca “su sabor es de un rico pescado crudo similar al sushi, no he comido nada mas delicioso”, se encontraba feliz de haber cumplido su fantasía.
Usando un cuchillo eléctrico empezó a cortar a Renee en partes, hizo varios filetes para mordisquearlos crudos, el resto lo guardo en su refrigerador. Preparo una comida rápida de carne humana frita con mostaza, tomo fotografías del cadáver mutilado y tuvo relaciones sexuales con lo que quedaba de él. “cuando yo la abrazo”, grabo en una cinta de audio, “ella suspira y le digo que la amo”. Cuando cocinaba y comía de sus restos, escuchaba la grabación que Renee que había hecho de la lectura del poema, su ropa interior la usaba como servilleta para limpiar su boca. Al cocinar un seno le dio asco por su apariencia grasosa y encontró que los muslos eran más deliciosos. Exhausto finalmente, tomó lo que quedaba del cadáver, lo llevo a su cama y durmió con él.








A la mañana siguiente tenia que librarse de la evidencia, al levantarse descubrió que el cuerpo no olía mal aún y continúo comiendo, en particular el brazo que le gustó mas del cuerpo, recorto el ano y lo puso en su boca, pero su olor muy fuerte y lo hizo escupir, intento comerlo friéndolo, pero eso no disminuyo su olor, se dio por vencido y lo devolvió al cadáver. Después de un cierto tiempo, varias moscas grandes pulularon alrededor del cadáver, Sagawa tomo esto como señal que había perdido a Renee. La “luna de miel” había terminado. Con un hacha la corto en pedazos más pequeños para meterla en una maleta que había comprado para este fin. Mientras la desmembraba se excita y con la mano del cadáver procede a masturbarse. Corta su nariz, sus labios y su lengua de varios mordiscos y las guarda para sus fantasías sexuales posteriores. Escribió: “Yo quiero su lengua, no puedo abrir su mandíbula, pero puedo alcanzarla entre sus dientes. Finalmente sale, la hago estallar en mi boca y me miró masticándola en el espejo. Luego voy por los ojos”. El paso final de Sagawa fue explorar los órganos interiores los cuales quemaron sus manos con los ácidos digestivos, con una hacha cortar la cabeza, la tomo por el cabello y la coloca frente de él, escribió: “Ahora comprendo que soy un verdadero caníbal”.
Después del crimen, violo y durmió con el cadaver esa noche, era un "fetiche sexual".
A la media noche del segundo día guarda todos los pedazos bajo llave en su maleta, llama un taxi y pide que lo lleve a Bois de Boulogne, lleva la maleta al parque y trata de botarla al lago, sin embargo, para su contextura física le era muy pesada. Cuando descubre que varias personas lo miran se asusta, las tira rápidamente y huye. Una pareja que paseaba por el lugar vio una mano de mujer llena de sangre y llaman a la policía. Mientras tanto Sagawa regresa a su apartamento a disfrutar de los filetes de Renee que tenía en su refrigerador, cada día que estuvo en libertad comió pedazos del cadáver.Issei Sagawa, tenia una lujuria sexual extrema, aun periodista británico le dijo que su compulsión por el canibalismo vino probablemente de un sueño de la niñez que lo dejo muy impresionado. El estaba en una olla hirviendo con su hermano, preparándose como una comida para alguien más. Así empezó sus fantasías caníbales y cambia su papel de “comida” a consumidor. No estaba interesado en comer a mujeres de su propia raza, sentía apetito por mujeres altas, rubias y de piel blanca. La posibilidad de estar con una mujer de este perfil para Sagawa era remotas. En Tokio visito a un psiquiatra al cual confeso sus oscuros deseos, fue calificado como un persona muy peligrosa por el profesional, pero el padre de Sagawa encubrió el problema y envía a su hijo a otro país. Otros profesionales de salud mentales que lo evaluaron luego vieron tendencias peligrosas en él.
Guardo restos del cadaver para alimentarse de ella días posteriores.


NINGUN JUICIO, SOLO FAMA


Cuando la policía llegó a su apartamento dos días después del asesinato con una orden de captura, los deja entrar, abrieron el refrigerador y encontraron pedazos de un cuerpo de una mujer, incluso los labios. Sagawa confeso lo que había hecho y agrego que tenía una historia medica con una enfermedad mental. De hecho, sus descripciones fueron detalladas así y el juez decidió que él no era competente para juzgarlo: estaba realmente loco. Sagawa fue condenado a un periodo indefinido de prisión en el asilo Paul Guiraud, los tres psiquiatras que lo evaluaron dijeron nunca se curaría. Su multimillonario padre, Akira Sagawa, presidente de Kurita Water Industries en Tokio, hizo un trato para que en 1984 su hijo fuera transferido al hospital psiquiátrico Matsuzawa en Japón. El fiscal creyó que allí estaría preso de por vida, pero solo permanece preso 15 meses y queda libre en agosto de 1985, de nuevo, gracias a su padre.
El temible caníbal libre, pide pasaporte para poder viajar a Alemania. Su situación de libertad le permitió dar entrevistas por televisión donde declaraba que la carne humana era una de los mejores alimentos, incluso accedió para aparecer en películas pornográficas japonesas y demás escribió cuatro novelas, en la describía los detalles de su asesinato, vendió más de 200,000 copias. Gracias a su padre, había escapado con un asesinato, y estaba muy orgulloso de él. Actualmente Sagawa disfruta de la popularidad en los medios de comunicación, concede entrevistas y hace videos para complacer la curiosidad del voyeuristica de aquéllos que quieren acercarse a alguien que ha comido carne humana. Él ser el centro de atención le divierte y cree que lo que hizo no es extravagante. "El público me ha hecho el padrino de canibalismo," declaró, "y estoy contento feliz con eso." The Rolling Stones grabaron una canción llamada “Too much Blood” (Demasiada Sangre), Sagawa también probo suerte en el mundo del comic, escribió una columna semanal para un periódico, edita una antología sobre fantasías caníbales y fue portada de una revista gastrónoma japonesa. Bajo un seudónimo, trató de incursionar en el mundo del streaper. En su web oficial, ofrece detalles sobre su crimen y defiende al canibalismo asegurando que no es un acto horrendo, ahí también exhibe ejemplos de sus pinturas y esculturas con las nalgas carnosas de hembras blancas. En un artículo de una revista, dijo que espera ser comido por una joven mujer occidental, porque, sólo un acto como ese lo salvara.

Historia del Narco en México (El universal)

Por Javier Cabrera MartínezAgencia El Universal
CULIACÁN, Sinaloa.- En un inicio, en la década de los 40 del siglo pasado, la ignorancia y la extrema pobreza indujeron a campesinos de la zona serrana en la que confluyen Sinaloa, Durango y Chihuahua, que forman el denominado Triángulo Dorado de la Droga, al cultivo de la mariguana y amapola.
Esta actividad, con el paso del tiempo, se convirtió en una enorme mina de oro para los cárteles de la droga, pero también trajo consecuencias funestas para la población por la violencia que desató.
Esto, según afirmó Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal, en un foro organizado por El Universal el 21 de mayo, permitió crear bases de apoyo en una ciudadanía que no los denuncia por temor a sufrir igual suerte que los integrantes de organizaciones rivales.
Por sus condiciones geográficas y climáticas, el municipio de Badiraguato ofreció refugio a los cultivadores de plantas tóxicas, a fin de extraer de sus bulbos los narcóticos para el suministro médico de las tropas estadounidenses en guerra.
Las reseñas orales sobre la historia negra de las drogas en Sinaloa hablan de los sucesos de esa época que han sido recogidos por historiadores y escritores locales.
Los escritos precisan que el cultivo de la amapola no la implantó ningún lugareño del denominado Triángulo Dorado de la Droga, sino los chinos que llegaron al país como mano de obra barata para el tendido de vías para el ferrocarril.
Crisis minera
Al escapar de la expulsión, entre 1880 y 1920, los asiáticos se asentaron en Badiraguato, para transmitir las técnicas de siembra de la adormidera y su procesamiento en heroína, explica el investigador universitario Samuel Ojeda Gastélum.
La amapola, que como flor de ornato en patios y jardines era un gran atractivo, se volvió codiciada con la crisis de la actividad minera y la desaparición de cortijos que daban ocupación a pobladores de Alisos, San Javier, Santiago de los Caballeros, Otatillos, Tameapa y Tepeacan, en el municipio de Badiraguato.
Agrega que en el año de 1939 prolifera la siembra de la amapola y se configuran grupos recolectores de los jugos vegetales que se extraen de sus bulbos para convertirlos en heroína.Aunque no tiene información oficial que sustente estas versiones, dice que fuertes capitales fueron inyectados a esta clase de cultivos, ante el �??gran disimulo�?� de las autoridades.
Tierra Blanca
Para el escritor Leónidas Alfaro Bedolla, autor de las novelas Las Amapolas se tiñen de rojo y Tierra Blanca, la goma de opio -producida inicialmente con fines médicos- se transformó en un negocio.En la posguerra, aumenta la siembra y el tráfico de la goma se organiza en forma clandestina en la ciudad capital, en un barrio clave, con características semirurales: Tierra Blanca.
Nacido en ese lugar, en 1945, el novelista recoge historias sobre los gomeros y añade que al término del conflicto bélico, la demanda de narcóticos crece con el retorno de soldados adictos de Estados Unidos.
El catedrático, político izquierdista e investigador del tema, Gregorio Urías Germán, observa que después de los 60, el negocio se concentra en pequeñas familias del barrio de Tierra Blanca.Las figuras emblemáticas de esos años, Eduardo Fernández, �??Don Lalo�?�, y Jorge Favela, se convierten en las cabezas visibles del tráfico, con recolectores de la goma en la sierra, y los apellidos Fonseca, Caro, Payán, Quintero, comienzan a emerger.
Se conoce que en 1941, en forma oficial, por primeras vez, autoridades de Sinaloa comisionan al jefe de la Policía Judicial del estado, Alfonso Leyzaola, a emprender acciones en contra de los cultivadores de mariguana y adormidera.
El primero de abril de ese año, el jefe policiaco, en la administración del gobernador Rodolfo Tostado Loaza, al mando de un fuerte grupo, ubicó y destruyó un predio sembrado de amapola y decomisó varias latas de goma en una zona cercana al poblado los Alisos, en Badiraguato.
Primeros ajustes
Horas después, en una cañada cercana al poblado Santiago de los Caballeros, 12 hombres ocultos en las partes altas, emboscaron al jefe policiaco Alfonso Leyzaola y su gente. Una lluvia de balas hace huir a los uniformados estatales.Sólo Francisco Urías, ayudante del jefe de la Policía Judicial, se quedó para auxiliarlo y trasladarlo herido a una choza cercana, de donde poco después, los narcotraficantes lo sacaron para someterlo a tortura y luego colgarlo de un árbol como advertencia al Gobierno y a la población.
Surgen capos
El investigador Ojeda Gastélum, con doctorado en Historia, destaca que con el crecimiento en la demanda de enervantes y la formación de una nueva generación de gomeros forjados en sus comunidades rurales, emergen figuras como Pedro Avilés, �??El león de la sierra�?�, y Ernesto Fonseca Carrillo, �??Don Neto�?�.
Con estos nuevos personajes, otra camada de jóvenes, entre los que destacan Rafael Caro Quintero, Juan José Esparragoza Moreno, alias �??El Azul�?�; Rubén Cabada, entre otros, incursionan en el negocio.
Desplazamiento
Para los analistas del fenómeno del narcotráfico, la lucha que libró el Ejército en el Triángulo Dorado de la Droga, sólo logró apaciguar la violencia en un periodo muy corto, pues los antiguos gomeros fueron desplazados por nuevos personajes como Miguel Félix Gallardo, con una nueva visión en su estructura operativa.
El cruce de los embarques de cocaína, procedentes del sureste de la República Mexicana, cuyo negocio es más rentable que el tráfico de mariguana y adormidera, dio origen a los cárteles y el surgimiento de otra nueva generación de traficantes, cuyos nombres tomaron fama en el país: Los hermanos Arellano Félix, Manuel Salcido Uzeta, Amado Carrillo Fuentes y Joaquín Guzmán Loera, �??El Chapo�?�, quien está prófugo.

Les dejo este link de ejecuciones del narco (su lenguaje Intra psiquico). Aquí veremos la psicología aplicada a este grupo de personas que no solo utilizan el asesinato como parte de presión o intimidación a otros grupos. Buscan el protagonismo en la sociedad y entre ellos (Actitudes completamente esquizoides, obsesivas y compulsivas.
(los videos estan completos tomen sus reservas de difusión)

http://www.eluniversal.com.mx/graficos/animados/videos/ejecuciones.html#

http://videos.expectaculos.com/2007/04/05/ejecucion-de-un-zeta/

Apuntes a observar: Lenguaje corporal (reflejos edipicos), connotaciones de voz (palabras a medias sin teminar frases completas), lenguaje estructural , nivel socioeconomico (por lo regular siempre de estractos bajo)
Discusión en foro proximo 12 de agosto 6.30pm